Co-autorado con María Dolores Ruiz
Escuche aquí: Capítulo 34: Las formas del olvido
“Se me olvidó que te olvidé / a mi que nada se me olvida”
Lolita de la Colina
Yo quisiera olvidar que cuando tenía seis años un terrible accidente cegó la vida de un cuerpo glorioso y una mente brillante, y que esa tragedia afectó toda mi infancia y causó la más indecible infelicidad de mis seres queridos. Pero no puedo. El recuerdo de esa noche fatídica me persigue, continúa mortificándome a pesar de que los hechos ocurrieron hace casi cuarenta años. A pesar de que la huella del dolor parece haber sanado.
En cambio, se resbala con demasiada frecuencia en mi memoria aquellos momentos de sosiego y felicidad. No logro recordar con claridad, por ejemplo, los momentos exactos del nacimiento de los niños, aun cuando fueron eventos largamente esperados y que marcaron mi vida. Quizás debería ir al analista.
La memoria es caprichosa. El olvido o el recuerdo permutan en el espíritu y no soy capaz de dominar mi propia mente. Aparentemente lo mismo ocurre con las sociedades. Aquello que se llama “memoria histórica” sufre el mismo nivel de inconsistencia, ¿o es que acaso las sucesivas generaciones son han logrado aprender los vicios y las atrocidades forjadas por las anteriores? En el Ecuador, la “memoria histórica” parece no durar casi nada. Los ecuatorianos, al olvidar con demasiada facilidad las adversidades de las que fueron víctimas, caen con mucha facilidad en los mismos errores y son seducidos por la misma clase política que les tendió la trampa. El caudillismo reciente exhibía a los cuatro vientos la frase “prohibido olvidar” –tomada de un excelente tema musical de Rubén Blades– quizás sin reparar que aquella frase, si se hiciera efectiva, recaería pesada y sin contemplaciones sobre sus propios pellejos. Esta eso por verse.
En cambio, hay otros que opinan que es necesario olvidar para recobrar el sentido histórico: el etnólogo francés Marc Augé dice en su libro “Las formas del olvido”: “El olvido es necesario para la sociedad y para el individuo. Hay que saber olvidar para saborear el gusto del presente, del instante y de la espera, pero la propia memoria necesita también el olvido: hay que olvidar el pasado reciente para recobrar el pasado remoto”.
Lo cierto es que siempre quisiéramos olvidar cosas que no podemos. Y como no podemos, tenemos que vivir con ellas. Y de igual forma tenemos que conformarnos con el olvido. Vivir con el hecho de que hemos de olvidar algunas cosas que quisiéramos que sean imperecederas.
La idea detrás de este programa de radio vienen a partir de las lecturas de mi amiga Loló del libro de Augé. Me parece un excelente tema para un programa de radio, y ella me ha ayudado también seleccionando algunas canciones para este capítulo. Lo que presentaremos hoy es esto:
- Zamba para olvidarte – Mercedes Sosa / Diego Torres
- En el país de nomeacuerdo – María Elena Walsh
- No te recuerdo ya – Leo Masliah
- Fue – Soda Stereo
- Amnesia – Hugo Idrovo
- La nave del olvido – Concha Buika
- I Can’t Forget – Leonard Cohen
- Forgetful Heart – Bob Dylan
- That’s Someone You Never Forget – Elvis Presley
- I Don’t Mind if you Forget Me – Morrissey
- I Dont Remember – David Byrne / Peter Gabriel
- I’ve Just Got to Forget You – Bobby Blue Bland
- Forget Me Nots – Patrick Rushen
- Cortez the Killer – Neil Young & Crazy Horse
- Cuando te podré Olvidar – Charlie Haden
Este capítulo de TAN LEJOS TAN CERCA se emitirá el martes 5 de septiembre de 2017, desde las 18:30 hasta las 19:50 (GMT-5). Aquí se puede escuchar el programa en vivo desde este sitio web. Aquí se puede escuchar el programa en cualquier momento después de su emisión viva, y todos los programas anteriores. Imagen: David Szauder: «Fading Memory».