Se alegra la muerte con su victoria, pírrica; se frota las manos la violencia, aprovechándose del caos y la ignorancia –legados culturales que nos avergüenzan. ¿Es la miseria, la falta de oportunidad, la mala educación, el legado de siglos de mal gobierno, la que nos vuelve monstruos que damos tan poco valor a la vida propia y a la ajena? ¿Hacia donde y hasta cuando tendremos que llorar a los que se van demasiado pronto? En la noche vivimos y la noticia parece ser que el amanecer está lejano.
El reciente asesinato de Juan Serrano –una joven y excelente persona, a quién conocí desde hace años, y con cuya familia, especialmente con sus hermanos Jorge y Sonia, y con su sobrina Omara, nos unen lazos de especial amistad– nos vuelve a remover la conciencia, nos evoca, otra vez, sobre la fragilidad de la vida y lo inexplicable que resulta entender su contrario.
Personalmente creo que la violencia que nos envuelve a todos, que define la vida de este país y de este continente no terminará con más medidas de punición ni con más cárceles. El asesinato, el secuestro, la pelea callejera, el golpe del padre al niño, del marido a la esposa, la agresión de uno contra otro a cada momento, la violencia generada al discriminar al negro o al indio o al gay o a las mujeres, terminará solamente cuando nuestros registros culturales valoren el respeto y la vida; cuando poseamos, como comunidad, el vigor educativo y formativo suficiente como para entender que con la violencia todos pierden, que con la revancha dejamos de ser dignos, que con la bronca hipotecamos un poco nuestro propio porvenir. Hay que repetir, todos los días, a nuestros niños y a nosotros mismos, insistir sin desmayar, de que hay que cambiar. Hay que resistir y en esa resistencia hay que demandar al resto de la comunidad, al Estado, y sobre todo a nosotros mismos, de que la prioridad hacia la educación sea un ejercicio permanente y perdurable. Hay que demandar que esa educación combata la violencia impregnada en nuestra cultura. Poner a los nuestros lejos de la caja boba y demandar calidad a las malas televisiones que embrutecen con sus programas. ¿Será posible?
Con esta mezcla de rabia, impotencia y tristeza, he querido hacer este capítulo de mi programa de radio con temas musicales que hablan, desde varias voces, desde esos muchos sentimientos, de la violencia y, a la vez, de esa necesidad imperativa de vivir una vida de paz. Y dedicar, de alguna forma, estos pensamientos a quienes apreciamos la vida de Juan Serrano, y sus familiares que ojalá puedan encontrar consuelo en nuestra solidaridad.
Este es el orden de programación del programa de este Martes 4 de septiembre de 2012:
Caetano Veloso, Perdeu
Jaime Roos, Si me voy antes que vos
Rubén Blades, Segunda mitad del noveno
Rubén Blades, Sicarios
Hugo Idrovo, Mal dolor
Djavan, Por uma vida em paz
DJ Dolores, Tocando O terror
Los Hombres Calientes, Intro + Brother Running
Los Hombres Calientes, Brother Gettin Caught
Leonard Cohen & Herbie Hancock, The Jungle Line
Suzanne Vega, The Story of Isaac
Stevie Wonder, Each Other Throats
Willie «Poor Boy» Lofton, Dirty Mistreater
James Brown, Why (I am so Mistreated)
Miles Davis, Madness
Peter Gabriel, Mother of Violence
Pink Floyd, The Gunners Dream
U2, Unknown Caller
Lou Reed, What’s Good
John Cale, Lie Still, Sleep Becalmed
TAN LEJOS TAN CERCA se emite todos los días de Lunes a Viernes de 9 a 11 am (14 a 16 GMT) por la Radio Pública de Quito, Ecuador. AQUÍ se puede escuchar este programa en vivo, en diferido, así como también todos los programas anteriores, cada uno con su tema específico. (Imagen: fragmento de «El triunfo de la muerte» de Pieter Brueghel, circa 1562.