Vi por primera vez a Alex Alvear en el año de 1981, cuando yo cursaba el tercer grado y él estaba en el sexto curso del colegio. En el viejo teatro había un concierto de Rock, y los niños chicos estábamos sentados en una privilegiada primera fila. Guitarra eléctrica, pelos largos rubios, los que sacudía para el griterío de las muchachas. Nuestra profesora, Marcia Cadena, calificó a la música como “alocada”. Pero yo mantuve mis ojos bien abiertos, mis oídos muy atentos y supe que la música era algo que me gustaba, y que ese guambra rubio era buenísimo.
No pasó demasiado tiempo cuando tuve en mis manos el disco “Promesas Temporales”, que había llegado a mi casa seguramente como un regalo a mi padre. Recuerdo haberlo escuchado por lo menos mil veces. Todavía está allí, treinta años después, entre los viejos acetatos, ya rayado y, como dije, mil veces usado. La relevancia de ese álbum, de esa música, solo puede ser vista en toda su dimensión ahora. Es posible que lo creado en ese año de 1984 por Alvear, Idrovo, Cobo, Napolitano y compañía sea el trabajo más influyente de la música ecuatoriana de estos tiempos.
Esa es la importancia que ha tenido Alex Alvear para mi. Con su música aprendí a escuchar música.
Supimos que se fue del país, a estudiar música. En 1987 u 1988 volvimos a saber de él: había compartido escenario con la “Reina Rumba”, y le había dedicado un tema. Y luego llegaban cassettes con la música que hacía por allá, y a veces se presentaba con diversos combos en el teatro Politécnico. Siempre nos parecía –a mis amigos y a mi– que Alex Alvear era un tipo al que siempre había que ir a escuchar.
Ha pasado el tiempo, y Alvear solamente ha crecido en su dimensión artística. Ha sido un elemento central para dar valor a las músicas ecuatorianas, sobre todo andinas. Su álbum “Soñando con Quito”, también conocido como “Ecuatorial” tendrá, en el paso de los años, seguramente, la misma contundencia que “Promesas Temporales”, en el sentido de la calidad que emana de este nuevo mestizaje de nuestra hermosa música. A la vez, Alvear ha podido conseguir una dimensión enteramente universal en su música, especialmente la que en Estados Unidos ha creado, dirigiendo su excelente banda Mango Blue, con la que hace excelente música afro-latina.
Voy a hacer dos programas especiales sobre Alex Alvear. El primero –el de hoy– será netamente musical. Voy a presentar varios temas de las muchas facetas de su creación. Son tantas, que incluso, cuando estábamos organizando en este programa con Alex, él olvidaba algunas de ellas. Google le recordó varias. Mañana, jueves, en cambió, el propio Alex estará en mi estudio, y juntos hablaremos sobre su extensa experiencia y, como no, presentaremos algunos pocos temas de su libro musical.
La primera parte constará de estos temas:
Promesas Temporales, Escaleras y galerías
Alex Alvear, Julián
Curi Cachimuel, Cotacahi
Alex Alvear, Peguche
Alex Alvear, Esta historia no es de risa
Alex Alvear, El caballito azul
Chiara Civello, Ora
Gabriela Anders, Brasileira
Iyeoka Ive Okawo, Let Me Go
Jimmy Haslip, Vaya
Las hermanas Márquez, Con medio peso
Manolo Mairena, El supercalifragidístico
Gonzalo Grau y La Timba Loca, La Manitú
Alex Alvear y Mango Blue, Mango
Alex Alvear y Mango Blue, Nada
Este programa se emite, en vivo, el MIERCOLES 17 DE ABRIL, de 12:30 a 14:00 (17:30 – 19:00 GMT) por Distrito FM 102.9. ESTÁ DISPONIBLE LA TRANSMISIÓN EN VIVO VIA LIVE STREAMING. Se puede escuchar en este sitio web, también en diferido, a cualquier hora y todos los programas anteriores. Foto: Pepe Avilés, el fotógrafo de las estellas.