Estragón y Vladimir están allí, a la sombra de un árbol seco, esperando a un tal Godot. Conversan y discuten; el tiempo pasa y la espera a Godot se hace larga. Pero esta es la quinta esencia del existencialismo, de modo que Godot nunca arribará. Este es el teatro del absurdo, es la obra cumbre del irlandés Samuel Beckett. Y en ese inquietante gran momento del teatro del siglo veinte deben haber estado pensando, hace pocos días, los cientos de periodistas que esperaron, como si fueran Estragón y Vladimir, al Godot contemporáneo: Edward Snowden.
Snowden, en su dramática escapatoria, había abandonado Hong Kong. Quienes pretendían capturarlo, los agentes norteamericanos de seguridad, habían traspapelado los documentos. Snowden salió sin rasguños, llegó a Moscú donde ya le esperaban muchos periodistas, y donde Putin y los suyos no lo detendrían ni extraditarían. Para continuar con su épica hazaña, y quizás para despistar a los despistados, Snowden reservó un asiento en un vuelo de Aeroflot para continuar viaje a La Habana y luego, si, a nuestra soleada capital de los ecuatorianos, donde todos le esperaríamos con los brazos abiertos o cruzados. Los incautos periodistas, pensándose más listos, apuraron reservando asientos en el mismo vuelo, para poder interrogarlo, palparlo, sentirlo. ¿Cómo serían –para ellos– esas horas de espera en el aeropuerto, y luego ya en la nave? Me los imagino regresando a ver a cada pasajero, creyendo que era Snowden. Por supuesto, Snowden nunca subió al avión. De hecho continúa en el aeropuerto moscovita, esperando, él también, el momento de partir hacia una vida más sana, al pie del Ande.
¿Cuántas horas de nuestra vida las hemos pasado esperando? Quizás sumen varios meses, si sumamos todas. Especialmente aquí, donde la puntualidad es una quimera, donde a nadie le importa mucho lo que digan las agujas del reloj, donde condenamos al otro a esa purga llamada espera. Esperar y esperar. Esperar que pase algo. Esperar que el amor llegue. Tener paciencia para ello. Querer amar, y tener que esperar. Saber que la vida es tan corta que esperar es criminal… y aún así saber que igual, hay que esperar. Hemos esperado demasiado unas veces, y en otras, hemos esperado mucho.
Las canciones del programa de hoy hablan de la espera en todos los ámbitos, y de la paciencia que hay que tener. y también del teatro del absurdo que es, a veces, nuestra propia existencia.
Branford Marsalis, Waiting for Tain
Gilberto Gil, Esperando na janela
Bob Marley & The Wailers, Waiting in Vain
Sharon Jones & The Dap Kings, How Long Do I Have To Wait For You?
The Delfonics, Silently
John Medeski, Waiting at the Gate
The Rolling Stones, Waiting On a Friend
Bob Dylan, The Groom’s Still Waiting At The Altar
The Velvet Underground, Waiting for My Man
Sting, All This Time
Willy Crook, Sittin’ On (Dock of the Bay)
Luis A. Spinetta, La espera
Los Cafres, No puedo esperar
Salif Keita, Ananamin (It’s Been So Long)
Pete Rodríguez, My Patience
Este capítulo de TAN LEJOS TAN CERCA se emite en vivo este JUEVES 27 DE JUNIO, de 12:30 a 14:00 (hora de Ecuador); 17:30 a 19:00 (GMT); por Distrito FM 102.9 y en este mismo sitio web se puede escuchar en vivo, diferido, a cualquier hora después de su primera emisión, así como todos los programas anteriores. Imagen: foto del asiento vació reservado por Edward Snowden en el vuelo Moscú – La Habana de Aeroflot, el Domingo 23 de Junio de 2013. Autor: un incauto fotógrafo.