He aquí uno de los personajes más entrañables en toda la experiencia musical del continente. Quizás muchos no lo conozcan, pero eso es porque hay demasiada codicia en el mundo. Él es el insuperable compositor puertorriqueño Catalino “Tite” Curet Alonso, más conocido simplemente como “Tite Curet”. Hay pocos que hayan conjugado en una pluma –la pluma de un compositor serio y a la vez guapachoso– los estilos y la sobriedad que él impuso. Y no hay nadie –que sepa yo– que haya escrito tanto y tan bien sobre todas las cosas que la vida impone.
Tite Curet fue cantante, periodista de espectáculos, cartero y, sobre todas las cosas, compositor. Niño pobre, hijo del Barrio Obrero de San Juan de Puerto Rico, Curet aprendió joven la guitarra, y tuvo un primer momento de fama cuando Joe Quijano le grabó “La tirana”. Curet cantaba, también, pero sobre todo escribía boleros. Su composición romántica estaba desprovista de eso que podríamos llamar cursilería, y por el contrario sus palabras de amor eran sofisticadas y concretas. En su bolero, no había ruegos, había reclamos. En su canción de romance no había ambages, ni lugares para la duda: había solo pasión.
Mientras trabajaba en la oficina de correos como cartero –oficio con el que malvivía– Tite escribía cientos de canciones. Alguien contó más de dos mil. Muchas de ellas fueron a parar en las voces de las más importantes figuras del Caribe, sobre todo, en un principio, las de La Lupe y Cheo Feliciano. Pero a partir de la década de los setenta, Tite Curet diversificó su estilo, y fue allí donde fue más trascendente. La música de contenido social, las canciones que hablaban de la realidad, del día a día, nunca fueron tan bien escritas como las que escribió Tite. Rubén Blades, sin duda un gran influenciado de Curet, lo proclamaría desde temprano como el “más importante de todos los compositores del Caribe”.
Blades no exageraba. Los temas que Tite compuso para gente como Celia Cruz, Willie Colón, Papo Lucca, Andy Montañez, Ismael Miranda, Robert Roena, Héctor Lavoe, para las Estrellas de la Fania o para el propio Blades, fueron cimentando una cultura musical, una experiencia cultural que, llamada “Salsa”, se convertiría con el tiempo en el más universal de todos los géneros de la América Latina. Tampoco exagera el que dice que sin Tite Curet Alonso, la “Salsa” no hubiera sido el fenómeno que resultó ser.
El fin de semana pasado pude ver el filme “¡ Sonó, sonó… Tite Curet! realizado por Gabriel Coss, a quién conocí la semana pasada en La Habana y quién tuvo el detalle de compartir su producción. El filme es un viaje musical por algunas de las mejores canciones escritas por el Tite, y es, también, una crónica del alma boricua, del sentir puertorriqueño. En este programa de radio, a través de la música de este generoso compositor, nos adentraremos a ese espíritu.
Estas son las canciones que seleccioné:
Fania All Stars canta Cheo Feliciano, Anacaona
Robert Roena y su Apollo Sound, El lamento de Concepción
Johnny Pacheco & Pete «El Conde” Rodríguez, La esencia del Guaguancó
Willie Colón canta Héctor Lavoe, Barrunto
Ismael Rivera, De todas maneras rosas
Susana Baca, Caras lindas
Héctor Lavoe, Periódico de ayer
The Spanish Harlem Orchestra, Vale más un Guaguancó
La Lupe, Puro teatro
Fania All Stars canta Rubén Blades, La palabra adiós
Ray Barretto, Adelante siempre voy
Calle 13 con Seun Kuti y Sammy Tanco, Sorongo
Este capítulo de TAN LEJOS TAN CERCA se emite en vivo este MARTES 22 DE OCTUBRE, de 12:30 a 14:00 (hora de Ecuador); 17:30 a 19:00 (GMT); por Distrito FM 102.9 y en este mismo sitio web se puede escuchar en vivo, diferido, a cualquier hora después de su primera emisión, así como todos los programas anteriores.