“Se oye muy raro escuchar salsa en inglés” me dijo el director de la revista Traffic cuando escuchábamos, en 1989, por primera vez el álbum “Rei Momo” de David Byrne, en algún ágape social de los redactores de la revista en el edificio del CCNU, donde alguno de ellos vivía. La revista, la única en su género –posiblemente en la historia de las publicaciones ecuatorianas– presentaba sobre todo artículos de Rock, pero la mente amplia de sus directivos me permitía, a mis escasos 16 años, escribir ya sobre otros mundos, otros ritmos. Aquel era un tiempo en que mi norte era conocer la experiencia afro-cubana, después de haber vibrado con el Rock. Mis nuevos discos eran de Cheo Feliciano y Willie Colón, de Los Van Van y de Adalberto Álvarez. De modo que cuando apareció “Rei Momo”, el mundo, finalmente, cobró otro sentido para mi.
Ya David Byrne había experimentado con ritmos latinos antes, durante su vida musical junto a Talking Heads. Él había crecido muy cerca de los lugares donde la música cubana y puertorriqueña se gestaba, en Nueva York. Su pasatiempo favorito, en la adolescencia, era ir a lugares como el Club Copacabana, donde hacían residencia permanente los Ray Barrettos y los Tito Puentes. De modo que la conciencia afro-caribeña estaba fuertemente impregnada en él. Que haya escogido esos géneros musicales para su primera aventura como solista era solo natural.
En “Rei Momo” confluye la ya muy conocida cosmovisión –de caos e ironía social– de Byrne, con varios ritmos originarios de América. Byrne toca, en “Rei Momo” lo mismo rumba cubana que mapeyé o merengue dominicano, o bomba y plena de Puertorro. Sí. Salsa en inglés. Lo que me hacía discrepar con el director de “Traffic” es que yo no podía notar una contradicción allí. Al fin y al cabo, aquel año de 1989 era posiblemente el inicio de lo que ahora, con tanta naturalidad, llamamos “globalización”. Pero la globalización de Byrne no tiene nada que ver con etiquetas o generalización. No tiene nada que ver con “World Music”. Tiene que ver con homenaje e ímpetu, con enriquecimiento y experimentación.
El tiempo ha pasado y el álbum ha crecido como ninguno de los trabajos de Byrne. Hace solo un par de años Byrne declararía que “Rei Momo” es el más importante de todos sus álbumes, y lo volvió a tocar en su integridad en un concierto masivo en Nueva York. Para mi, el álbum no solo fue importante para Byrne y para quienes amamos su música, sino para toda la experiencia afro-cubana. La presencia en el álbum de gloriosas figuras de la música latinoamericana –Colón, Celia Cruz, Johnny Pacheco, Yomo Toro, Milton Cardona– le daba un sello de garantía a las grabaciones, era una constatación que esa experiencia –la del Caribe– no era solo Mambos y Cha-Chas sino algo de mayor sustancia, de mayores posibilidades universales.
En este programa voy a presentar la integridad del álbum, dentro de esa serie no consecutiva que llamo “Grandes álbumes” y que la he tenido un poco abandonada últimamente.
Estos son los temas del álbum:
Make Believe Mambo
The Call of The Wild
Dirty Old Town
The Rose Tatoo
Loco de Amor
The Dream Police
Don’t Want to Be Part of Your World
Marching Through the Wilderness
Good and Evil
Lie to Me
Office Cowboy
Carnival Eyes
I Know Sometimes a Man is Wrong
y presentaré también estos otros temas, de otros álbumes, pero de igual influencia:
Miss America
Desconocido soy
Este capítulo de TAN LEJOS TAN CERCA se emite en vivo este VIERNES 25 DE OCTUBRE, de 12:30 a 14:00 (hora de Ecuador); 17:30 a 19:00 (GMT); por Distrito FM 102.9 y en este mismo sitio web se puede escuchar en vivo, diferido, a cualquier hora después de su primera emisión, así como todos los programas anteriores.