Publicado originalmente el 3 de Mayo de 2013
“¿Qué es la patria? Es un conjunto de ríos que van a dar al mar”. Eso dice una personaje del film mexicano “El ángel exterminador” de Buñuel. “¿Qué es amar? –continúa–. Amar a la patria”. En un país como México, obsesionado con su identidad nacional, donde el sentido de “patria” está en todas las cosas que atañen al hombre, a la mujer y al niño, la frase fue tomada como una de las muchas herejías del director de cine español. Los sentimientos nacionales –a veces nacionalistas– en América Latina son de larga data. La patria en la que uno nació es aquella a la que hay que defender de la “extranjera ambición” que “ultrajarla pretende atrevida”. Esos sentimientos nacionales, por ejemplo, tomaron forma en cada uno de nosotros, que fuimos criados temerosos de la próxima invasión peruana, y que nos acostumbramos a ver al cielo por si aviones bombarderos del “vecino del sur” acechaban. Y esos sentimientos crecieron hacia cualquier otro ámbito.
Si un deportista o un literato triunfaban en un certamen internacional, hacían quedar bien, no a si mismos, sino “al país”. Y la única forma de bajar un poco los enfermizos niveles de racismo y regionalismo que existían en el Ecuador fue cuando el sentimiento nacional, el amor por los colores patrios, se vivificó el día en un grupo de futbolistas lograron clasificar al mundial de ese deporte.
El concepto de “patria” es una cosa muy seria por estos lares. La “traición a la patria” es uno de los delitos más duramente penados. En cambio, al otro lado, están los “patriotas”, y ser uno de ellos es una virtud que es premiada con medallas y honores, y potencialmente, votos. Al aire marcial intrínseco en la representación de la patria, la absoluta necesidad de usar la palabrita en cada discurso, en cada intervención política, en cada comercial televisivo del estado ecuatoriano, ha producido a millones de entusiasmados ahora que “ya es de todos”; pero también un poco de ceguera.
Al fin y al cabo la “patria” es un grupo de personas que viven en el mismo lugar. Son, pueden ser, cosas que están allí, en cada uno. Es, como dice Rubén Blades, “el cariño que aun guardas, después de muerta la abuela”. Y el panameño es más solido después cuando dice “son las paredes de un barrio; es su esperanza morena”, solo para terminar diciendo que “a la patria no la definen los que suprimen al pueblo”. Lucido, por lo menos esta vez, el salsero y abogado.
En lo personal, puedo reconocerme en lo que dice Blades. Mi patria es la sopa de mi madre y el cariño de mi amigo ausente. Y creo, también, que el patrioterismo barato, usado para beneficios particulares, o usado para denigrar a otros –extranjeros sobre todo– es una de las tantas taras que aun cargamos. En el destino que nos ha impuesto el tiempo, un destino de diversidad cultural y de multiplicidad de pensamientos y formas de vivir, tengo la impresión de que cada vez más, el concepto de patria será, apenas, aquel del conjunto de ríos que van a dar al mar.
Para el programa de hoy, he compilado una serie de canciones –muchas de ellas de estas tierras– que de diversas formas delinean sus propias definiciones de la palabreja, que de tanto ser usada ya va perdiendo la forma.
Alfredo Zitarrosa, Adagio en mi país
Jaime Roos, Todo un país detrás
Jaime Roos, Los olímpicos
Ivan Lins, O amor é o meu pais
Rubén Blades y Seis del Solar, Patria
Roy Brown, Jinete de junio
Roy Brown, El blanco
Calle 13, Latinoamérica
Yuri Buenaventura, Mi América
Ignacio Berroa, Inutil paissagem
Miles Davis, Song of Our Country
Mulatu Astatke, Motherland
Morrissey, America is not the World
Natalie Mechand, Motherland
Paul Simon, Trailways Bus
Este capítulo de TAN LEJOS TAN CERCA fue emitido originalmente el 3 de Mayo de 2013. Se presenta una vez más este VIERNES 17 de Enero de 2014 de 12:30 a 14:00 por Distrito FM, 102.9 en Quito, Ecuador. Imagen: William-Adolphe Bouguereau, “La patria”, 1883.