Estaban ataviados de camisas de mil colores y formas, pantalones con vastas de campana, zapatos de inmensas plataformas; llevaban el cabello alborotado, largo; escuchaban músicas que mi madre consideraba ruidosas –pero que en secreto yo las apreciaba– y salían con sus amigos del barrio de La Floresta, donde uno de ellos, un día me mostró, en el parque escondido, una pintura desconstructiva que había realizado, y que se posó allí por decenas de años. Eran, seguramente, los últimos años de la onda sicodélica –una sicodelia que llegó tarde a los Andes, una sicodelia posiblemente desprovista –eso no lo sabré, ni quiero saberlo– de drogas y sexo. Ellos eran mis tíos. Yo era un niño pequeño, ellos apenas habían salido de la adolescencia. Eran los años setenta. Me gusta recordarlos así: amantes de una sicodelia del tercer mundo.
Todo parece que empezó lejos, en la ciudad de San Francisco, diez años antes, cuando los jóvenes empezaron a tomar actitudes políticas, sobre todo en contra de la guerra de Vietnam, que estalló en 1965, y empezaron a proclamar la libertad de toda una generación. La experiencia sicodélica era política, pero era sobre todo, sobre la percepción. La experimentación de las varias formas de conciencia, ayudada por la alteración de esa conciencia, a través de las drogas, era la base de la sicodelia. Para 1967, en el verano del amor, el hipismo había abrazado con fuerza a la sicodelia, y ya la practica no solo incluía a unos pocos californianos, sino a mucho de una generación, en muchos lugares. Era ya un movimiento cultural.
Los efectos de la sicodelia en América Latina son poco conocidos. De hecho, cuando me interesé en investigar sobre el tema, con el objeto de hacer este programa, me fue difícil encontrar ejemplos de la música que se hacía en este continente que provenga de la influencia sicodélica. Con algo de esfuerzo y suerte, he logrado encontrar algunos grupos, sobre todo mexicanos primero, y luego argentinos y brasileños, que, como se escuchará aquí, hacían algo que podríamos calificar como sicodelia latinoamericana. Me he divertido con el quehacer, y veo que estas músicas son tremendamente gozadoras e, incluso, podrían caber dentro del genero del humor. Y en el proceso, me he venido dando cuenta que, quizás, estos grupos no han sido tan desconocidos, y no se han perdido en las grietas del tiempo, sino que han devenido en una dimensión de culto y de influencia. Es por eso modo que he incluido también, en este programa, música más reciente pero francamente influenciada por la sicodelia latinoamericana. Esta es la música de hoy:
Los Destellos, Onstá la yerbita
Tita Duval y El Nuevo Ritmo de Bobby Rey, La playa dorada
Kon Tiki, Viaje al ayer
Los Bárbaros, Zoom-Zoom-Zoom
Tom Zé, Sao Sao Paulo
Tamba 4, California Soul
Frankie Dante & Orquesta Flamboyán con Larry Harlow, Dame un tipi
Ray Barretto, Tumbao africano
Chicha Libre, Once tejones
Afrosound & Jamie Ley, Baila mi rumbita
Mala, Cuba Electronic
Juan Pablo Torres, Pastel en descarga
Caetano Veloso, Funk Melódico
Los Van Van, Yuya Martinez
Conjunto El Opio, Piratas en el Titicaca
Santana, Dance Sister Dance (una versión en vivo)
Afro Latin Vintage Orchestra, Orient Express
Este capítulo de TAN LEJOS TAN CERCA fue emitido originalmente el 6 de Junio de de 2013. Se presenta una vez más este LUNES 27 DE ENERO de 2014 de 12:30 a 14:00 por Distrito FM, 102.9 en Quito, Ecuador. Imagen: “Los Shapis”, Lima, Perú.