Lo mejor de Tan lejos tan cerca: 25 de febrero: Yo te quiero libre

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¿Quién es un hombre libre? Cuando pienso en aquello, me puedo imaginar a alguien que no mira hacia atrás. Que es él, y solo depende de él. Que puede, si un día es de su apetito, dejarlo todo y volar. Que puede, si otro día quiere, mandarse a cambiar. La libertad, vista así, es la anulación de toda responsabilidad. Es, de esa manera, la condición de saberse liviano, de no deber nada a nada ni a nadie. De ser él y depender solo de él. Ese concepto de la libertad, lo recuerdo, está bien enclavado en culturas nórdicas. Alguien, en la ciudad de Copenhague, hace mucho tiempo me dijo: “es mejor no tener ni libro, ni árbol, ni hijo”.

Yo pensaba igual en ese tiempo. Me sabía libre. Extrañaba terriblemente mi gente en los trópicos, pero me decía a mi mismo “es mejor este individualismo, es conveniente esta soledad”. Ahora, que he probado las mieles de ver crecer a los niños; ahora que es la hora de despertarme junto a ella, otra vez, como en los últimos seis mil días, prefiero no ser libre, si aquello otro era libertad. Prefiero estar, así como estoy, amarrado y encadenado a esas mieles, a esos despertares.

Todos estos pensamientos, más bien personales, sobre la libertad coinciden con este día, que es el día en que la ciudad más grande de este país, Guayaquil, celebra su independencia, su liberación. “Guayaquil por siempre libre”, “Guayaquil independiente”, “Puerto limpio clase A”, han sido los gritos de guerra, a lo largo del tiempo, de unos gobernantes y líderes políticos que han secuestrado la idea de la liberación y de la libertad. Desde los “Gran Cacao” de principios de siglo, pasando por los banqueros del Banco Agrícola y Comercial, que dominaron los designios del país en el período de entreguerras, pasando por los populistas, Guevara Moreno y Assad Bucaram Elmahlim, pasando por los grandes corruptos Hanna Musse o los hermanos Bucaram Ortiz, y llegando hasta las fauces del “insolente recadero de la olgarquía” y de su cachorro, el pueblo guayaquileño ha visto con dolor el destino que le ha tocado vivir. “Seremos pobres pero somos libres” dicen los millonarios que acuden al Club de la Unión. Ciudad segregada, ciudad donde son pocos los que tienen mucho, le han dado a Guayaquil la idea de que la libertad puede existir cuando hay miseria, y, para mi, eso dista mucho de la verdad. Sin justicia no hay paz, y con hambre no hay libertad posible.

En el programa de hoy vislumbro estas dos dimensiones de la libertad: la libertad privada, individual, afectiva; y la libertad social, política, aquella que remite a todo un conglomerado común. Ambas son, como se ve, objeto de fantasías y de engañosas definiciones.

Silvio Rodríguez, Yo te quiero libre
Silvio Rodríguez, Cuando yo era un enano
Joan Manuel Serrat, Para la libertad
Telmary, Libre
Bob Marley & The Wailers, Redemption Song
Cat Power, Free
Youssou N’Dour, Chimes of Freedom
Jimi Hendrix, Freedom
Richie Havens, Freedom
Tears for Fears, Women in Chains
Fleetwood Macm Go Your Own Way
The Beatles, Free as a Bird
Paul McCartney, Jet
Supertramp, Goodbye Stranger
Pink Floyd, Learning to Fly

Este capítulo de TAN LEJOS TAN CERCA se emitió originalmente el  8 de octubre de 2013. Se vuelve a emitir, como parte de mi serie “Lo mejor de…” este Martes 25 de febrero, de 12:30 a 14:00 (hora de Ecuador); 17:30 a 19:00 (GMT); por Distrito FM 102.9 y por este sitio web.  Imagen: “Floyd Mayweather Jr.”, de la serie “Hands”, Andrés Serrano, 1996.

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