Un programa sobre la violencia
Escuche aquí: «Capítulo 101: Pegue Patrón»

Hace algunas semanas, los medios de comunicación del Ecuador informaron sobre la suspensión del profesor José Camacho, del Colegio Nacional Mejía de Quito, el famoso «Patrón Mejía«, luego de que se hicieran virales unos videos donde aparece –como si fuera una diaria rutina– golpeando a varios estudiantes del secundario con una vara de madera. Camacho, decía la prensa, no podría ejercer más actividades pedagógicas en el plantel –aunque sí administrativas.
A los pocos días, un grupo de estudiantes y padres, se plantaron a las afueras del Instituto para pedir la restitución del profesor a la plantilla docente. Ellos consideraron que el castigo era una forma de disciplinar a quienes incumplen las normas internas. Una madre, entrevistada por un medio, decía que el maltrato servía para que «no hayan más pandilleros y marihuaneros en el colegio».
Esa misma semana, el rector del colegio, Guillermo del Hierro, dijo que el profesor agresor era un “referente de disciplina y buenas costumbres”. Y días más tarde, un comunicado oficial del Colegio defendía el accionar del profesor suspendido, y se solidarizaba con él. Al día siguiente, un grupo de estudiantes, graduados y padres de familia salieron a las calles –esta vez de forma violenta, lanzando piedras a agentes del orden y obligando a cerrar las calles y negocios vecinos. Todo en defensa de José Camacho, el castigador.
El hecho me ha recordado incidentes vistos en mi propia vida: colegio internacional particular laico y mixto; el profesor de historia jalando las orejas del bullanguero; el de educación física pegando con la cuerda de su silbato; el escocés profesor de estudios sociales tirando por la ventana al pequeño compañero de 9 años. Y las crónicas de mis propios compañeros en sus casas: correazos por “portarse mal”; chancletazos por “ser malcriado”… historias de violencia que de tan cotidianas, eran, e indigna decir, son perfectamente normales.
La violencia normalizada. No hay fiesta sin bronca. No hay disciplina sin palazo. No hay letra que sin sangre entre. Vivimos en un país donde, como dice Milton Luna, “se socapa al violento e incluso lo encumbra a la silla presidencial”.
Y de todas las violencias, la más impune –hasta ahora– ha sido la de género. La que se vive en cada hogar, donde cada chica joven que va al colegio de su barrio es agredida de mil formas. Y de ahí siga que la lista es larga. Actos criminales se comenten todos los días y la gran mayoría van impunes. Son “actos propios del hogar” como diría el Ministro de Turno.
Este es el primer programa de la nueva temporada –la número 8 desde 1997– de Tan Lejos Tan Cerca. Hablaremos de la violencia. Escucharemos música sobre la violencia. Pensaremos cómo buscar el fin de la violencia. Buscaremos reflexión sobre nuestra sociedad violenta con tres personajes, Paulina Palacio, Milton Luna y Mariana Andrade, a quienes preguntaré que podemos hacer –desde el ámbito cotidiano– para poner fin a esta epidemia.
Habrá música, como de costumbre:
- Drone Bomb Me – Anohni
- White City Fighting – Pete Townshend
- Kicks – Lou Reed
- Hit’em up Style – Carolina Chocolate Drops
- Evil – The Lenny White Project
- Los Tres Golpes – Harold López-Nussa
- Kiss With a Fist – Florence and the Machine
- Bloodflood – Alt-J
- Esta guerra tan violenta – Danay Suarez
- 13 de Maio – Caetano Veloso
- Desapariciones – Lucía Roldán
- Todo Homem – Tom, Zeca, Moreno, Caetano Veloso
Este programa de radio se emite en vivo, el 14 de julio de 2018, de 10:00 a 12:00 (16:00 a 18:00 GMT) desde los estudios de Radio Pichincha Universal (95.3 FM en Quito, Ecuador) y puede ser escuchado en este sitio web luego de su transmisión.
Foto: «Locked Brains» por Andrés Serrano (1985).