Escuche aquí: Capítulo 104: ¿De qué hablamos cuando hablamos del habla?
Aquí, en lugar de proteger y sentir orgullo por poseer por lo menos 11 lenguas vitales que se hablan en el territorio, los ecuatorianos han tratado por casi todos los medios de que se imponga el lenguaje dominante y conquistador –el español– y destruir y eliminar a los demás. Ya lo consiguieron con algunos. Por lo menos 10 sobreviven. 10 lenguas que nos continúan mostrando –en su épica supervivencia– la riqueza que posee, a pesar de todo, el Ecuador del siglo XXI.
La llamada “globalización” ha hecho que se den cosas como estas: En Cañar: “Los padres de familia no quieren que sus hijos aprendan kichwa”. En Chimborazo: “No quieren aprender kichwa, sino español e inglés”. En Pichincha: “¿Cómo podríamos avanzar en el negocio sin el inglés? Y así sucesivamente. El currículo escolar no contempla al kichwa como un idioma de aprendizaje obligatorio para los jóvenes ecuatorianos, a pesar de que uno de cada diez ecuatorianos lo habla como primera lengua. La situación de otras lenguas –las amazónicas por ejemplo– es aun más desolador. Han enfrentado el impacto de las transnacionales, la guerrilla, la militarización, la migración indiscriminada. En varias de esas culturas los abuelos ya no se pueden comunicar oralmente con sus nietos. Los unos ya no entienden a los otros.
Y dentro de la lengua oficial de los ecuatorianos, el español, hay también complejidades. Los acentos, las formas de hablar, las jergas, forman parte de los distintos ecuadores. Ahora han llegado venezolanos y cubanos. Por su forma de hablar los reconocemos. Y por su forma de hablar los estigmatizamos y los condenamos, así como estigmatizamos y condenamos, en la sierra, a quién suena de la costa, y en la costa a quien suena de la sierra. Cuando hablamos del habla, hablamos de lo que somos, de toda nuestra riqueza, y de todas nuestras taras.
Fue muy emocionante para mi conocer que en la lista corta de los nominados a los premios Eugenio Espejo de este año, en la categoría de Ciencias, estaba el nombre de la Dra. Marleen Haboud, una lingüista que por décadas ha venido trabajando en estudios sociolingüísticos, lingüística de contacto, alfabetización y educación intercultural bilingüe. Conozco a Marleen hace muchos años por ser madre y abuela de personas muy cercanas, y cada vez que conversamos sobre su trabajo veo –aunque hayan pasado muchos años de intenso trabajo– un brillo especial de emoción en sus ojos, una motivación, un estímulo. Espero sinceramente, que sea ella la que reciba el premio presidencial de este año.
Ese hecho me ha hecho pensar en el programa de hoy. Quiero hablar del habla. Y quiero presentar, también, música de varios lugares que habla del lenguaje, de las brechas infranqueables que supone, y a la vez de los puentes de conectividad que propone. De los acentos y de la necesidad de proteger aquellos que –como varios en el Ecuador– están amenazados por los poderes que hay.
Marleen Haboud estará, también, en este programa explicándonos el alcance de sus proyectos.
………………..
Como este fin de semana el barrio de La Floresta, en Quito, está de fiesta –se celebra la “Feria de la Floresta”– voy a dedicar una parte de este programa al evento, que propone una serie de actividades especiales, y voy a entrevistar a una de sus organizadoras, Mane Silva.
La música que programaré hoy:
- Speak my Language – Laurie Anderson
- That Voice Again – Peter Gabriel
- Language – Suzanne Vega
- Down Under – Men at Work
- Mother’s Tongue – The Brand New Heavies
- Kikilla – Mariela Condo
- Poema 8 (Ariruma Kowii) – Mariela Condo / Alex Alvear
- Yuyay – Los NIN
- Jicashpa Huayra – Tahual
- Fee-Fi-Fo-Fum – Wayne Shorter
- Miss Understanding – Kamasi Washington
- No comprendo Daniel Poncé
- Las lenguas – Sonora Ponceña
- Marta – Willie Colon
Este capítulo de Tan lejos tan cerca se emitirá en vivo desde Radio Pichincha Universal, 95.3 FM en Quito, el Sábado 4 de agosto de 2018, de 10 a 12 del día. En este sitio web se puede escuchar, a partir de ese momento, siempre.
Imagen: Figurilla zoomórfica, Cultura Chorrera. 1300 – 300 a.C. Colección: Familia Jaramillo Proaño.