Invierno de 1965. El adolescente escocés de nombre David Byrne camina por la calle 110 de Nueva York, en pleno Spanish Harlem. Sorteando el viento y la nieve se dirige, como todos los viernes, a su lugar favorito de todo el mundo, el “Palladium Ballroom”. Allí, el joven David escuchará a los héroes de carne y hueso de la música latina tocar, durante toda la noche, la música más asombrosa jamás escuchada, y a cientos de bailarines de toda especie, danzar en imposibles contorsiones al son de la descarga moderna. El Palladium era, siempre fue, un hervidero de gente y sonidos. Durante años fue el lugar más prendido del Nueva York latino.
Byrne diría mucho después, ya en su fama, que el Palladium fue el elemento decisivo para que él se convirtiese en el músico que es. Y como a Byrne, el Palladium fue la influencia de cientos de otros, sobre todo jazzistas afroamericanos que llegaban de Harlem y del Nueva Orleáns para ver ser testigos de la fiebre del Mambo.
El Palladium era este inmenso salón de baile situado en la calle 53 con Broadway. Se abrió en 1946 con el único fin de presentar a los “Stars” del Mambo y del Cha-cha-cha. Desde su escenario, el Mambo se convirtió en la música más popular del mundo a fines de la década de los cuarenta. Tres creadores fueron responsables de la “fiebre”: Tito Rodríguez, puertorriqueño, Tito Puente, nuyorican, y Frank Grillo “Machito”, cubano. Ellos eran los “Mambo Kings”, los reyes del Mambo. Eran personajes de novela, sinó, pregunten a Oscar Hijuelos.
Otros muchos, hoy leyendas, vieron al Palladium como el lugar en que conseguirían su sueño: Mongo Santamaría, Ray Barretto, Carlos Patato Valdés, Cándido, Willie Bobo y otros genios que luego, en los sesentas, redireccionarían la experiencia afro-cubana, todos empezaron a ser grandes en el Palladium.
En el Palladium ocurrían muchas historias. Romances y broncas, bailes y velorios; allí convivían todos: negros y blancos, latinos y europeos, viejos y jóvenes, sanos y adictos. Un día, la Policía de Nueva York hizo una redada en el Palladium. Encontró a 150 personas portadoras de drogas recreativas. Tiempos inclementes aquellos, un juzgado cerró al Palladium en 1966. Terminaba una época dorada de la música latinoamericana.
En este capítulo de TAN LEJOS TAN CERCA presento a muchas de las estrellas que hicieron al Palladium lo que fue… y también otra que simplemente fueron influenciadas por su sonido, por su carácter y por su estilo. He aquí la gran selección que he realizado para hoy:
Chick O’Farrill, A Man and a Woman
Chick O’Farrill, Descarga Número 100
Tito Puente & His Orchestra con Mongo Santamaría, Ti Mon Bo
Mongo Santamaría, Mambo Mongo (remix por José Clausell)
Mongo Santamaría, Cold Sweat
Count Basie & His Orchestra, Gypsy Queen
Cannonball Adderley, Up and at it
Candido Camero con Lalo Schiffrin, Long Long Summer
Willie Bobo, Lisa
Sabú Martínez, Will O’The Wisp
Noro Morales, Saona
Joe Bataan, Nuevo Jala Jala
Eddie Palmieri, V.P. Blues
Charlie Palmieri, Mambo Show
Bebo Valdés con Michael Phillip Mossman, Chico’s Dream
Pérez Prado & His Orchestra, Anabacoa
Machito, Relax and Mambo
Tito Rodríguez con Cachao, Descarga Cachao
Willie Rosario, Watusi Boogaloo
Ray Barretto and New World Spirit, Palladium Nights
Este capítulo de TAN LEJOS TAN CERCA se emite el Jueves 20 de Septiembre de 2012, de 9 a 11 am (14 a 16 GMT) por Radio Pública de Quito, en 102,9 FM. AQUÍ se puede escuchar este programa en vivo y en diferido, y todos los demás programas anteriores realizados hasta el momento. (Foto: Tito Rodríguez en maracas. Chuck Stewart, 1950).