7 DE NOVIEMBRE: LOS ROLLING STONES, LAS JOYAS DE ESTUDIO

ES MÁS QUE SOLO ROCK’N’ROLL

Los Rolling Stones cumplen 50 años

“¿Dejaría usted que una hija suya se casara con un Rolling Stone?” preguntaba una revista familiar norteamericana en plena invasión musical británica, durante la primera mitad de la década de los años sesenta. “Por supuesto que no”, sería la respuesta de la Norteamérica reaccionaria. Los Rolling Stones eran vistos –quizás aún lo son– como los chicos malos, y en esos primitivos tiempos del Rock, fueron la parte oscura y sombría de una dicotomía deliciosa: si Los Beatles eran los guapos y gentiles, los Stones eran los desgarbados y los pandilleros. Si Los Beatles cantaban “quiero tomar tu mano” (I wanna hold your hand…), los Stones cantaban “quiero pasar la noche contigo” (let’s spend the night together…).

Viendo esa especie de competencia entre unos y otros ahora, en la distancia del tiempo, se vuelve evidente que los Stones aprovecharon ese particular lugar –el de ser competidores de la mayor banda musical de la historia de la música– para afincar su propio sonido, y sobre todo, su propia personalidad musical y escénica. Tan bien les ha ido en esa empresa, que han pasado 50 años, y ellos siguen muy campantes rompiendo un record tras otro, y siendo, ya no caben dudas, un acto cultural imprescindible en las hechuras del siglo veinte.

En el mundo del Rock, donde los egos son más grandes que la monumentalidad propia del género, donde la inestabilidad en la formación de las agrupaciones es permanente, donde las peleas, las separaciones prematuras o tardías han minado a casi todos, los Rolling Stones lograron mantenerse como grupo, con una formación más o menos estable –tres de los cinco miembros originales se mantienen hasta hoy–  y con una actividad musical inagotable. Y la longevidad de la banda, sirve, parcialmente, para explicar las cosas.

Todo empezó en 1962  cuando el cantante Mick Jagger y el guitarrista Keith Richard, quienes habían sido compañeros de colegio en Kent, se encontraron fortuitamente en un tren de Londres. Jagger cargaba consigo sendos discos de gente de Rock y Blues –Chuck Berry, Muddy Waters– y Richards reconoció allí mismo un interés en común. Comenzaron a frecuentarse y rápidamente armaron una banda que incluía al guitarrista Brian Jones. En Junio de 1962 realizaron su primer concierto en el club Marquee de Londres. Las canciones que tocaron eran todas versiones de conocidos temas de Chuck Berry y Bo Diddley. Pero había algo especial en este primitivo grupo: un extraño sentido del carisma, una nueva forma de pararse en el escenario, un estilo original que no se parecía a nada de lo que había ocurrido antes en la música. Las cosas se sucedieron rápidamente. Incluyen a Bill Wyman en el bajo –que eventualmente continuaría con los Stones hasta 1993, cuando decidió retirarse del grupo por odiar las extenuantes giras internacionales– y a Charlie Watts, baterista que continúa siendo uno de los motores del grupo hasta hoy. La disquera Decca, que de una manera célebre dejó pasar a Los Beatles, para grabar con otra compañía, quería reivindicarse. Firmaron con los Stones tan pronto como vieron que la banda estaba lista para entrar al mercado musical. Al mismo tiempo, los Stones involucran a un muchacho de 19 años –más joven que cualquiera de ellos– para ser el productor y manager de la banda. Andrew Loog Oldham le imprime un sello independiente a los Rolling Stones. Les hace grabar su primer álbum en un estudio casero, en donde tienen, desde el primer día un control total de su sonido y sus canciones. En  junio de 1963 sale el primer disco, “Come On”, original de Chuck Berry, y al mes siguiente su segundo tema, paradójicamente escrito por Lennon y McCartney: “I Wanna Be Your Man”.

Las cosas, sin embargo, no serían fáciles para los cinco jóvenes ingleses. Su genial manager se desilusionaría pronto y abandonaría la banda. Una primera gira por los Estados Unidos sería mediocre. Los Beatles copaban todo el espacio, y apenas pudieron presentarse en locales de segunda categoría. En una presentación televisiva serían objeto de burlas por parte de Dean Martin –el famoso cantante de Swing– y sus conciertos serían apenas cubiertos por la prensa. Pero algo que cambió la vida de Jagger y Richards pasó en ese viaje. En Chicago, durante un receso en un estudio de grabación, conocieron a Muddy Waters, uno de sus ídolos. Tocar junto al él, compartir pequeñas experiencias con el gran blusero les dio a los Stones el mensaje más importante: se debe hacer solo que uno quiere hacer.

De vuelta al Reino Unido, y con el mensaje de Waters en la cabeza y en la conciencia, los Stones se aplomaron, y subirían a la cima. Se mantendrían allí por decenas de años. Empezaron a componer, haciendo dupla Jagger y Richards; Jagger escribiendo las letras y Richards componiendo la música. Los éxitos no tardaron en llegar. Hasta 1969 crearon canciones enclavadas en la memoria musical de todos los tiempos: “The Last Time”, “(I Can’t Get No) Satisfaction”, “Paint It Black”, “Ruby Tuesday”, “Jumpin’ Jack Flash”, “Street Fighting Man”, y muchas otras.

En 1969 moriría uno de ellos, Brian Jones, por sobredosis de drogas. Momento crucial, Jagger y Richards decidieron mantenerse juntos… y relajarse. Se fueron a vivir en una zona vitivinícola del sur de Francia, y hacían constantes viajes –durante la década de los setenta– a Jamaica, donde contarían con la amistad de Peter Tosh y Bob Marley, los héroes del Reggae de Kingston. Cada disco traía éxitos, algunos de ellos himnos de generaciones enteras, y luego de cada disco los Stones se iban de gira llenando estadios de fútbol y creando extravaganzas escénicas cada vez más atrevidas.

Ya en la década de los ochentas, era claro que los Rolling Stones no solo era la más antigua de las bandas británicas de Rock, sino también la más comercializable. Musicalmente también, entre los ochentas y noventas los Stones crearían músicas sofisticadas, como el brillante álbum de 1989 “Steel Wheels”. 100 discos sencillos, 25 álbumes de estudio, numerosas compilaciones, y nada menos que 50 años después, los Stones se aprestan a publicar nuevas canciones el próximo mes, y a organizar una nueva gira.

Pero la longevidad, los números, los álbumes y los millones de escuchas no son suficientes para contar toda la historia. La personalidad musical de los Rolling Stones y la identidad individual de cada uno de sus miembros serían elementos cruciales en dictaminar el curso cultural del mundo hiperindustrial del fin de siglo en el mundo.

Desde el inicio, la informalidad de los Rolling Stones estaría conectada, o sería punto vital de referencia del “Swinging London” de esa época. Londres pasaba de ser una ciudad seria, gris, embarcada en su tradicionalismo y esperpéntica preferencia por lo aristócrata y real, a ser una ciudad de colores, de chicos y chicas que jugaban tenis con pelotas invisibles, de ser una ciudad musical y creativa, y que sobretodo renegaba de ese pasado antiguo. Jagger y Richards serían los rostros más visibles de ese nuevo momento. Lo nuevo triunfaba sobre lo viejo.

En 1968 los Stones organizan el “Rock’n’Roll Circus”, convocando a artistas como Lennon y Yoko Ono, The Who y Jethro Tull. Tenían en su horizonte desde ese momento, que había que poner en claro que el mundo tenía dos bandos claramente marcados: los maestros de la guerra, sobre todo la de Vietnam, y los que se oponían a ella con armas pacíficas: cantando canciones, creando eventos espectaculares –como el Circo del Rock and Roll– que puedan remover las conciencias y los espíritus. Un año más tarde, en 1969 dieron otro gran golpe de humanidad. Tocaron ante doscientos cincuenta mil personas reunidas en el Hyde Park de Londres, dos días después de la muerte de Brian Jones. Allí, en su homenaje, soltaron miles de mariposas al aire. El mensaje era de paz, en tiempos en que esta estaba en plena sequía.

Sin embargo, la imagen permanente de los Stones era irreverente. Desde la década de los sesentas hasta los ochenta, cada uno de los miembros de la banda, y en especial Jagger y Richards, fueron acusados –e incluso procesados– por consumo y posesión de drogas. La banda fue censurada en Australia y en Japón, en donde no se les permitía la entrada. Mujeres, drogas, alcohol y mucho trabajo era la receta que volvía, de esta manera, célebres a los Stones. La música, siempre era, sin embargo, impecable.

Audacia, frescura, desfachatez, insolencia. Aquel era el mensaje político de los Rolling Stones, que parecían no conformarse con emitir unos signos de profunda inconformidad con el mundo occidental, con la lógica del capitalismo y con las democracias liberales.

Hay, como si todo esto fuera poco, una extraordinaria relación cultural de los Rolling Stones con la imagen en movimiento. Sendas películas de maestros del cine –Martin Scorsese, los hemanos Maysles, D.A. Pennebaker, Jean-Luc Godard– están basadas profundamente en los registros identitarios de los Stones. Estos filmes son preciosos documentos no solamente de una banda de Rock, sino sobre todo de un momento en la historia del mundo, donde, al son de las fuertes canciones de la banda, se podía pensar que la vida podía ser mejor, que la música podía hacer que esa vida sea mejor, y que habían hombres, como Jagger, Richards, Wood, Wyman y Watts, que habían hecho lo suficiente para que ello ocurra. Es solo Rock and Roll, dirían ellos, pero la evidencia es que siempre fue un poco más que ello.

Han sacado un par de temas nuevos los Stones, preparan una gira celebratoria de su cincuentenario. Nosotros presentamos hoy una especie de continuación al capítulo de ayer, en que presentamos temas en vivo. Hoy presentamos las «joyas del estudio» de la veterana banda, que a mi entender son estas:

Almost Hear You Sigh
Anybody Seen My Baby
As Tears Go By
Continental Drift
Doo Doo Doo Doo (Heartbreaker)
Doom and Gloom
Shattered
Emotional Rescue
Harlem Shuffle
Sympathy for the Devil
2000 Man
How Can I Stop?
Losing My Touch
Slipping Away
Keys to Your Love
Salt of The Earth
Let it Loose
Fool to Cry
She’s So Cold
Street Fighting Man
Under My Thumb
Beast of Burden

Este capítulo de TAN LEJOS TAN CERCA se emite este Martes 6 de Noviembre, de 9 a 11 am (14 a 16 GMT) por la Radio Pública de Quito. Se puede escuchar el programa, en vivo, vía Live Streaming AQUÍ. y AQUÍ se puede escuchar el programa en diferido, y todos los programas anteriores.

Escuche aquí: Los Rolling Stones: joyas del estudio

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