Lo que no conocemos nos apasiona; lo que no podemos explicar nos envuelve. El misterio de la vida y de las muchas cosas que la componen es una fuerza extraordinaria. Desde la sexualidad escondida de aquella persona que deseamos, hasta las cosas más mundanas –¿por qué la tierra es mi casa? ¿por qué la noche es oscura?–, el misterio nos atrae. El misterio está, por ejemplo, en cómo piensan aquellos cardenales que, rodeados de secretos y misterios –el misterio de la santísima trinidad, el misterio de la anunciación, el misterio de la virgen–, eligen un nuevo Pontífice. ¿Alguien terrenal influyó en ellos para decidir que Bergoglio debía ser el nuevo Papa? ¿Una voz angelical que les despertó en medio del sueño de su cama de plumas del Vaticano?
El misterio ha servido para el lucro de la iglesia, y sobre todo, para preservarse frente a la desidia y desgano de los fieles, que últimamente ya no lo son tanto. Los misterios están ahí para que creamos en Dios, para que sigamos desconociendo lo que somos y cómo somos. Quizás por eso, Bergoglio apuntala discurso populista: “vengo del fin del mundo”; “una iglesia pobre para un pueblo pobre”; “Dios no se cansa de perdonar”. Cada día otro lugar común que encanta a sus acólitos. Lo que revuelve la conciencia es que mucha gente inteligente y preogresista otorgue a Bergoglio el beneficio de la duda; le de un “compás de espera”, o para ponerlo en otros términos, “la gracia del misterio”. Se olvidan que Bergoglio es ahora el jefe de una las instituciones más reaccionarias, arcaicas y poderosas de la tierra, una de las grandes responsables de las políticas que produjeron miles de millones de humildes y desamparados.
El pensador argentino Martín Caparrós pone todo esto en una perspectiva a la que me adscribo: “Peor para el mundo. En estos días, demócratas y progres festejan alborozados la resurrección de un pequeño reino teocrático: la síntesis misma de lo que dicen combatir. La iglesia católica es una monarquía absoluta, con un rey elegido por la asamblea de los nobles feudales que se reparten los territorios del reino para que reine sin discusiones hasta que muera o desespere, con el plus de que todo lo que dice como rey es infalible y que si está en ese trono es porque su dios, a través de un “espíritu santo”, lo puso. La iglesia católica es una organización riquísima que siempre estuvo aliada con los poderes más discrecionales –más parecidos al suyo–, que lleva siglos y siglos justificando matanzas, dictaduras, guerras, retrocesos culturales y técnicos; que torturó y mató a quienes pensaban diferente, que llegó a quemar a quien dijo que la Tierra giraba alrededor del Sol –porque ellos sí sabían la verdad”.
En este programa de radio no escucharemos, sin embargo, músicas pontificales, sino unas que desde muchos lugares hablan del misterio. Del misterio común y corriente de lo místico, de la creencia en ello, de lo desconocido. Esto, porque darle el beneficio de la duda a Bergoglio sería no solo equivocado, sino cómplice. Esta es la lista de hoy:
Saschienne, Grand Cru
Saschienne, Unknown
Us3, India
Mulatu Astatke & The Heliocents, Phantom of the Panther
John Zorn, Ghost of a Guilty Conscience
Chick Corea, What’s This?
Omar Sosa, Calling Eggun
Jackie McLean, Kahil The Prophet
Kevin Eubanks, Shadow Prophets
Van Morrison, Mystic of the East
Lou Reed, Mystic Child
Talking Heads, Heaven
Este programa se emite, en vivo, el MIÉRCOLES 20 DE MARZO, de 12:30 a 14:00 (17:30 – 19:00 GMT) por Distrito FM 102.9. YA ESTÁ DISPONIBLE LA TRANSMISIÓN EN VIVO VIA LIVE STREAMING. Se puede escuchar en este sitio web, también en diferido, y todos los programas anteriores. Imagen: Francis Bacon, «Study After Velazquez’s Portrait of Innocent X».
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