Este es el lugar donde lo remoto está cerca y donde la incertidumbre se hace cierta. Este es el tiempo donde el reloj no camina y el sol, la lluvia y las estrellas se posan todos al mismo tiempo sobre nosotros. Aquí los fenómenos andan por allí en el cotidiano y lo insólito es algo de lo más normal. Lo fantástico camina sobre nosotros, nos revuelca y nos amamanta, nos da de comer con su horizonte púrpura y sus formas poliédricas. Lo fantástico de pronto se apodera de nuestro cuerpo para que veamos con vivos ojos a las criaturas infectadas con virus desconocidos, para que sintamos como la carne se vuelve gris de tanta impresión, para que pensemos que quizás, en ese mundo fantástico hay otras condiciones, otras leyes que nos hagan menos tristes de lo que somos. Y de pronto, en lo mejor, suena el despertador.
Hoy y aquí me gustaría decir que, por ejemplo, el cine de género y las novelas fantásticas me gustan. Me gustaría que Edgar Poe o las sagas imposibles de los mitos griegos fueran mis libros de cabecera. Me gustaría decir que, sí, como en aquel viejo lienzo de Chagall, quisiera salir de mi pálida vida volando por sobre las casas y los edificios. Pero no. Soy un ser demasiado realista –demasiado aburrido dicen algunos– para dejarme conmover por lo fantástico. Lo mío son los dramas de la vida real, el “cine de lo real”, la fotografía documental, el arte minimalista e hiper-realista. Me gustaría, claro, poder contar con la idea de que tal vez se pudiera escapar de la idea de ese amor imposible, si es que me sumergiera en las profundas aguas de lo maravilloso, de lo que no existe, y dejara volar mi imaginación a los mundos cuyos fenómenos no se han visto en estas tierras. Pero eso me parece imposible.
Para mi consuelo, he compilado a duras penas estas canciones y estos extractos de piezas musicales largas, que se imaginan lo imposible, que viven en sí mismas ese otro mundo, el mundo de lo fantástico. El punto de partida es ciertamente romántico: la “Sinfonía Fantástica” de Héctor Berlioz, escrita en 1830, y termina en la versión inconforme y, también, fantasiosa de Joey Ramone cuando canta “What a Wonderful World”. Entre los dos extremos está la razón de ser de el programa de hoy.
H. Berlioz – New Philarmonia Orchestra, dirigida por Leopold Stokowski, Symphonie Fantastic op. 14: II. Un Bal
Claude Debussy, Preludio a «Una tarde con un fauno»
John Zorn, An Island in the Moon
Manú Katché, Walking By Your Side
Medeski, Martin & Wood, New Planet
David Byrne & St. Vincent, Outside Space and Time
María Joao, A Festa dos Gnomos
Kevin Eubanks, The Messenger
The Bryan Ferry Orchestra, This Island Earth
Suzanne Vega, Calypso
David Bowie, Little Wonder
Joey Ramone, What a Wonderful World
Este capítulo de TAN LEJOS TAN CERCA se emite en vivo este VIERNES 23 DE AGOSTO, de 12:30 a 14:00 (hora de Ecuador); 17:30 a 19:00 (GMT); por Distrito FM 102.9 y en este mismo sitio web se puede escuchar en vivo, diferido, a cualquier hora después de su primera emisión, así como todos los programas anteriores. Imagen: “Sobre el pueblo”, Marc Chagall, 1918.