“Así como los ‘tigres asiáticos’, Ecuador es el ‘jaguar de los Andes’” había dicho un ministro alemán a los funcionarios ecuatorianos en visita oficial a Berlín. La prensa adicta inmediatamente sacó titulares a seis columnas del testimonio, y la prensa contraria lo escondió. Las palabras se referían a la estabilidad macroeconómica mostrada por el Ecuador en los últimos tiempos, y unos índices de crecimiento acaso comparables con los de aquellos países del Asia –Corea del Sur, Taiwan, Indonesia- que alguien –que seguramente no tenía nada que hacer– llamó “tigres”.
En nuestra flamante condición de país felino –aunque no tan flamante si se considera que entre 1984 y 1988 tuvimos a un presidente con el nombre y la garra de un felino, la pistola de un cowboy y la mente de Charles Manson– hemos de dedicar nuestro tiempo a nuestra actividad favorita: cazar roedores. Actuar con esa condición tan masculina, tan de bigotes, tan de pantalones. Hemos de ser varones, machitos. Es que ya en la vida real, felina es la condición de los machos puros que definen nuestro día a día. Instintivos sujetos, de siete vidas, sagaces para endilgar a sus compañeras el rol del hogar y de la cocina, valientes a la hora de refregarles las responsabilidades de los fracasos, valentones para dar el sopapo y el puñete a la dama y al niño, y medio ciegos a la luz de cientos años de prejuicios machistas y dogmas cristianos.
Y qué decir de los roedores, tan vistos y comprobados en la historia de este nuestro país. Los que desfalcaron y huyeron, los que desfalcaron y se quedaron caminando impunes. Las ratas que deglutieron el honor y se atisbaron la dignidad. Demasiados años de pequeños rateros y de grandes roedores. A veces pienso que la duplicidad entre felinos y roedores se reduce a demasiados machos que someten; demasiados rateros que carcomen.
Ya me dirán los defensores de animales que es injusto endilgar –aunque sea solo una metáfora– a esas especies los vicios nacionales. Al fin y al cabo el mundo no podría existir sin la valiosa contribución de todos los felinos y todos los roedores, así como el mundo tampoco podría vivir sin las muchas virtudes que también poseen los ecuatorianos. Así que, con ese pensamiento en la cabeza, y ante el encuentro, en las inmediaciones del Centro de Arte Contemporáneo de Quito, el otro día de un gato de intenso color negro que entre sus fauces cargaba un ratón caí do en desgracia, me puse a compilar estas canciones que no tienen nada que ver con esta introducción, sino, apenas, son algunas sobre felinos y roedores. Eternos enemigos.
Medeski, Martin & Wood, Mami Gato
Medeski, Martin & Wood, Cat Creeps
Antibalas Afrobeat Orchestra, The Rat Catcher
Ry Cooder, Three Cool Cats
Paull Anka, Lovecats
Bruce Cockburn, Wondering Where the Lions Are
Dire Straits, Lions
The Rolling Stones, Stray Cat Blues
Modest Mouse, The World At Large
Ratones Paranoicos, Sucio gas
Gato Barbieri, El sublime
Dizzy Gillespie & Chano Pozo, The Squirrel
Fania All Stars canta Cheo Feliciano, El ratón
Habana Abierta, El gato y el ratón
Este capítulo de TAN LEJOS TAN CERCA se emite en vivo este LUNES 23 DE SEPTIEMBRE, de 12:30 a 14:00 (hora de Ecuador); 17:30 a 19:00 (GMT); por Distrito FM 102.9 y en este mismo sitio web se puede escuchar en vivo, diferido, a cualquier hora después de su primera emisión, así como todos los programas anteriores. Imagen: Tom y Jerry.
: : : : RAFAEL BARRIGA 