Escuche aquí: Capítulo 76: Ese otro mundo
Anoche soñé con lo imposible. A la mañana –aún dormitando– quería regresar al sueño. Cerré los ojos con todas las fuerzas, acomodé los tapones de los oídos. Le pedí al destino habitar ese imposible por unos minutos más. Ahora que estoy con el primer café de la mañana frente a mi, veo que “lo imposible” de mi sueño en realidad es bastante factible. Solo que es indecible. Es indecible porque si lo dijera, o si actuara para que pase, desataría una crisis interna y externa de proporciones. Habrían consecuencias. Así que mejor me quedo con el calificativo de “imposible”.
Allá, en ese mundo paralelo que vivimos –el del sueño–, somos quienes queremos ser (porque en este mundo de la conciencia apenas somos quienes podemos ser). Allá, soy aquel que tus balas no alcanzaron a matar. Soy el que abandonó todo para estar una noche entera con lo imposible. Soy el que no piensa en el mañana, sino solo en esa noche entera. En ese otro mundo –que dura siete horas al día– caigo de helicópteros y, ya en el piso, permanezco intacto. Camino por selvas, me entretengo con lo salvaje, y no hay lanceadas de jíbaros que puedan detenerme. Recorro rutas complicadas, todo para llegar libre a esa noche entera. En el sueño, la otra vida –los niños, la lonchera, el uniforme, la ropa secándose, las tareas, la música– no tienen cabida. Para eso existen las otras 17 horas.
Es triste cuando no podemos recordar los sueños. Cuando estos pasan desapercibidos por la conciencia. Es como una oportunidad perdida. Es como el día en que iban a pasar cosas importantes y te las perdiste porque enfermaste y te quedaste en cama. Es como cuando se te olvida un nombre, o una canción, o un rostro. Olvidar un sueño es morir un poco. Suelo tener una libreta a mi lado, de modo que si me despierto en medio de la noche, escribo dos o tres palabras que me ayudarán a recordar en lo que soñaba. Siempre es bueno registrar lo que pasa en ese otro mundo, aunque eso sea imposible, o indecible.
Para muchos dormir es un placer. La falta de sueño y tranquilidad de los días de escuela o trabajo son compensados por la pierna suelta del sábado y domingo, que dan las diez y las once de la mañana. Para otros, dormir es simplemente algo que hay que hacer. Una obligación impuesta por la biología elemental del cuerpo. Para otros, que se conforman con tres o cuatro horas de sueño, es apenas una pausa dentro de sus hiper-complicados cerebros. Para mi –y supongo que para muchos otros– es entrar en ese otro mundo, donde lo imposible se vuelve palpable.
Las de hoy son todas canciones que se aproximan a la idea de vivir esas seis, siete u ocho horas diarias. Digo vivirlas porque hay quien las malviven. Y eso es una vergüenza.
- Sleep – Mother Falcon
- Trouble Slepping – Corinne Bailey-Rae
- L’Endormie – Rochard Bona, Lokua Kanza
- Cordao Da Insonia – Ceu
- Duerme negrito – Atahualpa Yupanqui
- Innocent When You Dream – Tom Waits
- I’m Only Sleeping – The Beatles
- How Do You Sleep? John Lennon
- Sleep on it Tonight – Morcheeba
- Nice Dream – Radiohead
- This Dream of You – Bob Dylan
- Sleep Dirt – Frank Zappa –
- Mi sueño de hoy – Luis Alberto Spinetta
- Insomnic Lullaby – Paul Simon
- Del sueño a la poesía – Silvio Rodríguez
- En busca de un sueño – Silvio Rodríguez
Este capítulo de TAN LEJOS TAN CERCA se emitirá el miércoles 8 de noviembre de 2017, desde las 18:30 hasta las 20:00 (GMT-5). Aquí se puede escuchar el programa en vivo desde este sitio web. Aquí se puede escuchar el programa en cualquier momento después de su emisión viva, y todos los programas anteriores. Arte: “Benefits Supervisor Sleeping” de Lucian Freud (1995).