Escuche aquí: «Capítulo 114: ‘Gentrificación’ no es nombre de señora»:
Destruir la vida comunal, individualizarla. Destruir la jorga, el vecindario, la tienda de la esquina, sustituirla –a la larga– por el gran comercio franquiciado. Desplazar a unos –los desfavorecidos– para reemplazarlos por otros –los privilegiados. Los vecinos de los barrios están sometidos a eso que se ha llamado “gentrificación”, que primero destruye comunidades e infraestructuras, las precariza, las estigmatiza, para expulsar a sus habitantes y luego de un proceso de restauración o “regeneración” –para hablar en la jerga de los políticos– cederlas a sectores económica y socialmente aceptados y con buen poder adquisitivo.
Con la gente de carne y hueso que es expulsada, se marcha también el alma y la memoria. Pienso, por ejemplo –y como caso paradigmático– el condado de Brooklyn en Nueva York. Cuando lo conocí, hace 30 años, era vibrante por su enorme amalgama de diferentes tipos de personas, diferentes nacionalidades. Las múltiples experiencias en esos barrios –no exentas de tensiones– daban vida a un lugar que, en palabras de uno de sus famosos residentes, el escritor Paul Auster, la convertían en “probablemente el lugar más democrático del mundo”. Camine usted hoy por esas calles. Vea quién reside ahora en esos edificios. Gente blanca y con mucho dinero. El condado vecino –gentrificado incluso antes– Manhattan, es hogar de millonarios y oligarcas. Adiós diversidad, “goodbye stranger”.
Se puede hablar de tantas otras ciudades que han banalizado la autenticidad de sus barrios para privilegiar los billetes verdes, que han privatizado sus espacios públicos, por ejemplo Guayaquil, cuyo malecón no es de los guayaquileños sino de una empresa. Sí, la gentrificación es un proceso preferido por los socialcristianos y sus acólitos de ayer, hoy y siempre.
En Quito, el caso del barrio La Ronda es un claro ejemplo de la gentrificación. Allí vivían familias que por decenas de años acogían migrantes del campo y ciudades pequeñas. El poder –político, económico, social– empezó a estigmatizar al barrio. “Allí viven estruchantes y prostitutas”. Se removió a las familias para “regenerar” al barrio, con la promesa de que volverían. No ocurrió. Allí están ahora decenas de negocios para “la piedra de salvación” de la humanidad: el turismo. Y naturalmente, otras zonas quiteñas están en grave peligro: el centro histórico, tarde o temprano –y sobre todo si se prolongan gobiernos municipales como el actual, completamente listos a venderse al peor postor– será ocupado por nuevos inquilinos y propietarios, desplazando a toda una red de vecinos, comerciantes y ocupantes de la zona. El barrio desde donde hablo hoy, La Floresta, corre gravísimo riesgo de perder su identidad y su autenticidad, sobre todo si se suprime la ordenanza especial que la protege, y si sus vecinos no consolidan una organización plural y concreta. Ahora mismo, la estrategia que llega desde la oscuridad municipal de la Secretaría de Territorio es la de “divide y vencerás”. El tiempo, sin embargo, se le acaba a los funcionarios y a sus esbirros odiadores del barrio (a menos que vengan otros de igual talante).
“Gentrificación no es un nombre de señora”. Es una realidad concreta, y una amenaza latente. Se realizó durante esta semana una serie de eventos, organizados por el colectivo “Left Hand Rotation”, que hablaban con voz clara de los peligros de la gentrificación y también las enormes posibilidades de resistencia que es necesario producir. De allí he sacado el título para este capítulo de este programa de radio.
He invitado a Lucía Durán, experta en la materia, con quién reflexionaremos sobre los peligros de desplazar gente y memoria. Y he seleccionado, como no, excelente música de varios lugares que habla de la vida urbana, de apropiación –legítima o no– del espacio, de historias de exclusión en el marco de la ciudad. Son estas:
- Las ciudades – Concha Buika & Chucho Valdés
- Yo vivo en una ciudad – Pedro y Pablo
- Barrio – Juan Carlos Cáceres
- La ciudad – Inti Illimani
- Suburbio – Chico Buarque
- One Man Ceiling is Another Man’s Floor – Paul Simon
- My City Was Gone – The Pretenders
- White City Fighting – Pete Townshend
- City of Dreams – The Talking Heads
- Postively 4th Street – Bob Dylan
- The House Where Nobody Lives – Tom Waits
- Neighborhood 2 – The Arcade Fire
- First We Take Manhattan – Joe Cocker
- Street Life – Joe Sample & Lalah Hathaway
- Inner City Blues – Marvin Gaye
- Dirty Old Town – David Byrne
- Rumba Urbana – The Spanish Harlem Orchestra
Este capítulo de Tan lejos tan cerca se emite desde Radio Pichincha Universal, 95.3 FM en Quito, el Sábado 20 de octubre de 2018, de 10 a 12 del día.
En este sitio web se puede escuchar, a partir de ese momento, siempre.